La
palabra crianza deriva del latín creare que significa nutrir y alimentar al
niño, orientar, instruir y dirigir, mostrando una cercanía etimológica con la
definición de educar. Según Erazo, Bravo & Delgado (2006): Se entiende la
crianza como la preparación y aprendizaje de los niños por parte sus
cuidadores, los cuales transmiten un modelo de educación, que pasa de familia
a hijos, logrando una transmisión cultural de generación en generación,
formando un patrón para responder a las demandas de cuidado de un hijo o hija
para así protegerlo y educarlo, es decir es el resultado de complejos
procesos de aprendizaje, que se realizan de preferencia en la familia de
origen y que dan las bases educativas a los niños.
Reflexionemos
¿Somos capaz de disciplinar con respeto y
estímulo, pero también con límites claros y coherentes? ¿Podemos imponer
disciplina de forma que privilegie la relación y el respeto, y relegue el enfrentamiento
y el conflicto a un segundo término y en el proceso, podemos fomentar un
desarrollo que favorezca buenas actitudes relacionales y mejore la capacidad
de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes para tomar decisiones acertadas,
tener en cuenta a los demás y adoptar actitudes que los preparan para el
éxito y la felicidad durante toda la vida?
Los castigos físicos y las reacciones fuertes suelen ser contraproducentes en la educación de los hijos, no solamente en la construcción permanente del cerebro, si no también cuando que quiera conseguir que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes cooperen; el objetivo el CONECTAR Y REDIRIGIR con amor. Por ello la relación con nuestros hijos debe ser clave en todo lo que hagamos.
Por el bienestar de los niños, niñas, adolescente, jóvenes, padres, madres y cuidadores eduquemos con amor, disciplina, coherencia, respeto y ejemplo.
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jueves, 23 de abril de 2020
Que son las Pautas de Crianza
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